miércoles, 31 de marzo de 2010

Los Epicúreos

La finalidad del epicureísmo fue la misma de toda la filosofía ética posterior a Aristóteles, es decir, producir en sus alumnos un estado de autarquía individual, señalando que una vida buena consiste en el goce del placer, pero interpretaba tal cosa en sentido negativo. Los epicúreos son los enemigos hereditarios de los estoicos. El fundador de la escuela es Epicuro de Samos (341-270) discípulo del democritiano Nausífanes. De ascendencia atomista, su escuela se desarrollaba en sus jardines de Atenas, de ahí el sobrenombre de "los del jardín". Epicuro tuvo una personalidad fina, noble y atractiva, su bondad y suavidad de trato hizo de él la pieza angular de su doctrina. Su discípulo Metródoro de Lámpsaco sostuvo demasiado en bloque la teoría del placer. Otros fueron Sidón, el maestro de Virgilio, y Filomeno de Gadara al que siguió Herculano. Pero la más importante fuente del epicureísmo y de más influjo fue Lucrecio Caro (96-55 a. C.), en su poema De rerum natura quiere presentar renovado el atomismo democritiano llevado a cabo por Epicuro. Con Lucrecio se hace romana la filosofía griega, y el epicureísmo gustó a los espíritus refinados de la época de Augusto, que se sentaba en los círculos cercanos en torno a Virgilio, Horacio, Mecenas y Augusto.
Para Epicuro la filosofía es una actividad que procura con sus discursos y razonamientos la vida feliz, altera esencialmente el pensamiento aristotélico, ya que para Aristóteles filosofía y felicidad tienen estrecha relación; que consiste en que la felicidad estriba en la contemplación por lo que la vida teórica es la vida feliz. En cambio en Epicuro la filosofía ha de proporcionar la felicidad, tranquilizando al hombre respecto a sus temores religiosos y señalarle el placer como bien supremo. La hostilidad a la religión, tan visible en Lucrecio, revela claramente el sentido religioso del epicureísmo; es decir, el carácter de quasi religión, de sustituto de la religión, al que en el fondo aspira.
Para los epicureístas la lógica se llama también canóniga, porque da la medida (canon=regla) del recto conocimiento, donde todo conocer es percepción sensible y nada más, con lo que el criterio de verdad está constituido por las sensaciones, por las anticipaciones y por los sentimientos. Para Epicuro las percepciones sensibles son siempre verdaderas, igualmente a las representaciones de la fantasía corresponden seguros influjos activos, pues ellas mueven el alma.
Dice Lucrecio: "De qué principios la naturaleza / Forma todos los seres, cómo crecen /Cómo los alimenta y los deshace/ Después de haber perdido su existencia: / Los elementos que en mi obra llamo / La materia y los cuerpos genitales, / Y las semillas, los primeros cuerpos, /Porque todas las cosas nacen de ellas / Pues la naturaleza de los dioses / Debe gozar por sí con paz profunda / De la inmortalidad: muy apartados / De los tumultos de la vida humana, / Sin dolor, sin peligro, enriquecidos / Por sí mismos, en nada dependientes / De nosotros; ni acciones virtuosas / Ni el enojo y la cólera les mueven".
[Véase: Julián Marías, Biografía de la filosofía, Madrid, Alianza Editorial, 1986, págs. 141-142; Johannes Hirschberger, Historia de la Filosofía, Barcelona, Herder, 1991, 2 Vols. Vol. I, págs. 238-248; Tito Lucrecio Caro, De la naturaleza de las cosas, BiblioBazaar, 2007, pág. 35].

lunes, 29 de marzo de 2010

Consecuencias de la filosofía aristotélica

La filosofía jurídica y política de Aristóteles desempeñó escaso papel en el periodo helenístico y romano. Por lo que toca a la ética y a la política, contribuyó sin duda a acentuar el fenómeno lo que en ellas hubiera de anacrónico, apegada a ciertos elementos caducos y prejuicios de la polis tradicional. La Política no pudo reducir al silencio la protesta proletaria de la escuela cínica, que desembocaría en el universalismo estoico. La afirmación de que es natural al hombre una sociedad política cualitativamente distinta de cualquier otra asociación, podía aplicarse a formas de organización más amplias que la polis, y lo mismo debe decirse de que el imperio objetivo del derecho es la mejor garantía de la libertad ciudadana. Por otra parte, el caudal ingente de sabiduría almacenado en la Política haría, de esta obra una de las potencias espirituales de la humanidad occidental.
La potencia espiritual irradió en direcciones muy diferentes, el aristotelismo adoptado por árabes y judíos pasó por su mediación a Occidente en traducciones latinas indirectas (principalmente gracias a la escuela de Toledo), hasta ser conocido directamente, y se impuso a partir del siglo XIII en la escolástica.
Aristóteles fue para la Edad Media "el Filósofo", a quien Dante encontraría en su viaje a ultratumba presidiendo la república filosófica de la gentilidad de un ambiente de veneración:
"de Aristóteles hablo y de Platón
y aún de otros más; y aquí inclino la frente,
y más no dijo y quedóse turbado"
Si con San Alberto Magno y Santo Tomás de Aquino tiene lugar una previa adaptación al cristianismo, sirvió también en la baja Edad Media (averroísmo latino, Marsilio de Padua) y en el Renacimiento para fundamentar doctrinas opuestas a la escolástica, e incluso incompatibles a veces con el cristianismo. Volvió a asociarse íntimamente a éste con la neoescolástica católica de los siglos XVI y XVII y la escolástica protestante que iniciara Melanchthon, inspirando asimismo en la actualidad en neotomismo. Pero al margen de estas grandes corrientes la obra de Aristóteles, principalmente su filosofía práctica, ha ejercido una acción difusa que no tiene equivalente. No es exagerado decir, que el mundo de la política ha sido visto en gran parte, hasta hoy, con ojos aristotélicos.
[Véase Antonio Truyol y Serra, Historia de la Filosofía del Derecho y del Estado, Madrid, Alianza Universidad Textos, 3ª ed., 1987, 2 Vols. Vol. I, págs. 167-168; Dante Alighieri, Divina Comedia, Madrid, Cátedra, 6ª ed., 2000, pág. 305].
El cuadro es Retrato de Aristóteles contemplando el busto de Homero (1653) de Rembrandt.

domingo, 28 de marzo de 2010

La Política para Aristóteles



El libro Política de Aristóteles pertenece a sus obras esotéricas o acroamáticas concebidas para ser oídas en el interior del Liceo, en los cursos orales que impartió en Ases, Mitelene y Atenas. Después de impartir sus lecciones las precisaba con lo que se comentaba en las discursiones, realizando una especie de monografías o tratados de temas importantes, es decir, Aristóteles volvía sobre los mismos problemas una y otra vez con puntos de vista nuevos, enriqueciéndolos con el continuo poner en entredicho lo aprendido, y así evolucionaba el pensamiento del maestro, estando siempre abierto a nuevos planteamientos a nuevas ideas. Esta evolución del pensamiento "siempre en marcha" y no "dogmático" es lo que me interesa de él. La idea que recojo es de que lo humano no termina nunca de tejerse y destejerse, sobre todo cuando hablamos de la mejor manera de convivir en comunidad. En los Libros IV-VI aborda los problemas de política concreta, el libro IV trata sobre las diversas variedades de democracia y oligarquía, y también de la república (politeía), tipo de constitución mixta, mezcla de los regímenes anteriores; también habla de la relatividad de las constituciones, es decir, de las relaciones que existen entre los pueblos y sus constituciones; y finalmente, aborda la teoría de los tres poderes: deliberativo, ejecutivo y judicial. En el Libro V, trata de lo que se puede denominar "la patología política", exponiendo las causas generales de las revoluciones o de los cambios constitucionales; las causas particulares en diferentes tipos de constitución: democracia, oligarquía, aristocracia, monarquía y tiranía; los medios de conservación de los regímenes y expone las tres cualidades que debe poseer el hombre de Estado: lealtad al régimen establecido, gran capacidad para los asuntos de la administración, y virtud y justicia apropiadas a la constitución en vigor. Finalmente el Libro VI vuelve a las discursiones entre oligarquía y democracia desde un punto de vista diferente, estudiando la organización especial del poder y los medios de asegurar la estabilidad de la democracia. Finalmente trata del número, naturaleza y atribuciones de las magistraturas necesarias para la existencia de la ciudad, de las que son útiles para su buena administración.
Lo importante es saber que Aristóteles concibió una ciencia o arte de la política, no sólo empírica y descriptiva, sino hasta en algunos aspectos independiente de toda finalidad ética, ya que un estadista puede tener necesidad de ser perito en el gobierno, aun para regir un mal estado. Con arreglo a la nueva idea, la ciencia de la política comprendía tanto el conocimiento del bien político, absoluto y relativo, como el de la mecánica política, utilizada acaso para una finalidad inferior o aun mala. Esta ampliación del concepto de la filosofía política constituye la concepción más característicamente aristotélica.
[Aristóteles, Política, Madrid, Gredos, 1988, págs. 7-42; George Sabine, Historia de la teoría política, Madrid, Fondo de Cultura Económica, 19ª reimpresión 1990, pág. 77].